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Évaluation
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A David, el dueño del Café del Mural , me lo presentaron como el Walter White del café. Ubicado en la bellísima calle de San Juan, en el barrio de Getsemaní, en cuyo ancho apenas cabe un automóvil, la pasión de David lo ha convertido en una especie de alquimista que es capaz de producir infusiones del grano. Con mezclas de diversas partes de Colombia y del mundo, filtrados con diferentes aguas desde la fineza misma hasta el agua de la tornera y combinados con algunos otros exóticos productos, le han otorgado una interesantísima carta con sus inventos. Con varias mesas y una bella barra exterior (la de la foto), los tazones de café se fusionan con el calor reinante. Pero para los imposibilita...