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Évaluation
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Hace años viví en Sevilla. Y lo que más me gustó fue una gastronomía particular con unos sabores dibujados en la memoria eterna de un país. Y ahora años después hemos venido de puente a pasar unos días, y hemos visitado algunos rincones del pasado esperando recuperar aquellos sabores de mi memoria. Y después de dos días, todavía no habían alcanzado mis papilas gustativas el placer de comer algo exquisito que estaba tatuado a hierro en mis recuerdos. Hasta hoy. Festivo, nacional. Todos los sitios llenos y rellenos, he visto a padres comer con una mano mientras con la otra sacaban al chiquillo por la ventana del restaurant porque no cabía ni alfiler más, ni un rizo más, ni una pestaña más, ni...