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Évaluation
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Fuimos a este restaurante 4 personas una noche sin saber dónde ir a cenar y puedo decir que fue todo un acierto. Desde un primer momento nos trataron muy bien, nos ofrecieron varias mesas y elegimos una en la esquina de la terraza techada. Nada más sentarnos pudimos observar las montañas, unas vistas muy agradables. Había gatitos merodeando por las mesas, pero sin molestar. El restaurante está situado en la misma carretera general de la Escalona, es muy fácil llegar y tiene aparcamiento. Los camareros venían a preguntar cómo iba todo, pero sin insistir, pasamos un rato agradable. Cuando empezó a refrescar, apareció un camarero con una pila de mantas recién desinfectadas y nos ofreció una. También, otro camarero fue encendiendo velitas para todas las mesas. Estos dos gestos fueron muy atentos y para mí, son estas cosas las que marcan que vuelva o no a un restaurante. De hecho, al día siguiente fuimos a almorzar. Nosotros pedimos queso asado, chistorras y papas fritas, papas arrugadas, pan y mojos varios (mojo rojo, verde, chorizo de Teror y alioli), cebón (nos dejamos aconsejar y estaba muy bueno, también nos lo laminaron para que unos pudieran comerlo más hecho y otros menos hecho), un refresco, dos botellas de agua y un mousse de chocolate y nos salió todo por 49,76 €. Al final de la velada, nos invitaron a un vasito de jugo de higos tintos que estaba muy rico. Cabe decir que el I.G.I.C no está incluido en el precio de los platos. Adjunto ticket. Por último, me gustaría felicitarles por todos los servicios, también por la desinfección antes y después de mesas y sillas. Muchas gracias por la experiencia, ha sido un placer y volveremos sin dudarlo.