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Évaluation
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Fuimos reticentes a ir por algunos comentarios negativos que leímos. Pero quisimos probar. Si buscas una atención exquisita, no vayas. Los camareros son gente joven, con poca experiencia, y los despistes son habituales. Nosotros tuvimos que pedir la bebida 5 veces, y nos quisieron traer el segundo plato a la vez que los primeros. Se nota la falta de organización. Pero debo decir que son chavales simpáticos y, al final, nos lo tomamos a risa. La comida es muy buena y abundante, y los precios no están mal (barato no es, eso sí . Es un restaurante junto a una gran piscina natural y el ambiente es muy informal. No esperéis manteles de tela ni sillas de madera. Volvería a ir sin problema.