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Évaluation
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Queriamos tomar algo... Fuimos al Family Café y hemos pedido, mi esposa y yo, cada uno, un café con leche y un croissant. El camarero, aunque si tiene un jeans con agujeros a las rodillas, nos servio rapidamente, con mucha amabilidad. Lo que se confirmo despues, fue que se antecipó a nuestras necesidades. Una buena sorpresa, una buena escala. El dueño nos acompañó y charlamos muy amigablemente. La decoración es original, un poco anticuada pero tiene su encanto.