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Évaluation
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Paramos en este pueblo por casualidad, y más aun en este local y no pudimos quedar más satisfechos. Mientras esperábamos, uno de los camareros sacó empanadillas de bonito que repartió a todas las mesas. Tanto el pastel de cabracho como las croquetas fueron un acierto total, espectacular de bueno. El servicio super amable y atento. Nuestra sorpresa fue al pedir la cuenta, precios súper económicos, la sidra a 3€ y el café solo regalo de la casa. Quedamos alucinados, de 10!! Sin duda, si volvemos visitaremos de nuevo!