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Évaluation
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Salimos una noche buscando un sitio agradable sin tanto ruido para tomarnos algo y fracasamos en Armenia, seguimos para Calarcá y camino a Bakhho por pura coincidencia dimos con este pequeño y hermoso lugar. La decoración es sencilla pero sobria, me encanta que es pequeño y acogedor (sin grupos de malos cantantes gritando y molestando), el menú es completamente diferente a lo que siempre se come, y los precios son de ataque, muy económico. Recomiendo el batido de banana split, las tortas zipa y zaque, las arepitas, empanaditas, los cocteles son deliciosos y super económicos. El servicio es muy bueno. Completamente recomendable.