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Évaluation
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Buscando un lugar en el Montseny para una comida tradicional de Navidad con amigos vimos el restaurante Bell-lloc con muy buenas reseñas. Al llegar habían dado nuestra mesa reservada previamente a una familia. Una vez resuelta la confusión nos organizaron una mesa en un pequeño comedor con chimenea. Montaje de mesas sencillo pero suficiente, atención correcta por parte del propietario, por cierto un erudito en setas y otros dada su formación química. Carta muy interesante con platos de chup-chup, de mercado y brasa. Postres caseros. Precios acordes con la calidad del producto. De primero, un pastel de setas y unos macarrones, ambos muy buenos. De segundo, una tendrísima ternera guisada con setas del Montseny y un plato del siglo XVII, bacalao con salsa de miel y pasas, muy interesante, con un bacalao de calidad pero que un comensal lo encontró un poco dulce. Los postres y por unanimidad un buen flan hecho en casa. Vino de la casa, cafés e infusiones y unos aguardientes regalo de la casa. Un buen restaurante en un paraje incomparable a pesar de la maldita sequía.